La autoridad en el aula... sin complejos
Los profesores consideran necesario lograr mayores niveles de autoridad moral, pero descartan el autoritarismo por decreto
El viejo debate sobre la falta de disciplina en las aulas y la autoridad del profesor ha reverdecido con los casos de bullying y, en las últimas semanas, con la cuestionable propuesta de dotar a los docentes de autoridad legal -que implica un castigo mayor a los agresores y otorga el principio de veracidad ante un juez en caso de conflicto- para afrontar las situaciones complicadas que cada día se presentan en los centros educativos. La situación de alarma que se desprende de los episodios conflictivos que se han difundido interpela tanto a la comunidad educativa como, en general a toda la ciudadanía. Pero en la primera línea están los profesores y nadie mejor que ellos conocen lo que realmente está ocurriendo en las aulas, en qué medida es evitable y de qué modo la sociedad puede intervenir. Darles la palabra y explicar su realidad es lo que se pretende en las siguientes líneas, en las que cuatro representantes de la comunidad educativa de Gipuzkoa expresan sus criterios sobre la presunta crisis de la autoridad docente en las aulas. Se trata de Pilar Urretavizcaya, directora del Colegio Mary Ward de Donostia; Daniel Losada, profesor de la Escuela Universitaria de Magisterio; José Irízar, ex director de instituto y profesor de Secundaria, y José Torres, delegado territorial de Educación.
Aunque los cuatro consideran que no se debe confundir la autoridad con el viejo autoritarismo, son conscientes de que la sociedad ha cambiado y que este cambio se ha dejado sentir con especial intensidad en la escuela. Hasta el punto de que no descartan que se haya podido perder cotas de autoridad imprescindibles para encauzar adecuadamente el proceso formativo de los alumnos. Pero consideran que no se trata de la reconquista del «ordeno y mando» de la antigua escuela, sino de la recuperación de la autoridad moral basada en el respeto mutuo, así como en la capacidad y la competencia pedagógica e intelectual del profesor. Unas cualidades que suponen un esfuerzo añadido a la labor docente y que no siempre son reconocidas por la sociedad, empezando por los padres de los alumnos.
A lo largo del debate se abordan otras cuestiones claves para comprender la realidad de la escuela, como la paradoja de que en estos momentos profesores del siglo XX estén educando a alumnos del siglo XXI; la confrontación de las estadísticas oficiales y la realidad del día a día en las aulas; las dificultades añadidas que supone la irrupción de alumnos extranjeros que ni siquiera pueden expresarse en las lenguas oficiales de la CAV; la administración de las sanciones; la actitud y cualificación del profesor o el siempre delicado capítulo del papel de los padres en la educación de sus hijos. Y, entre todas estas reflexiones, llama la atención una que podría reflejar el criterio y el estado de ánimo de una generación de profesores con una consolidada experiencia, que abogan sin reparo por recuperar la autoridad en el aula, que no el autoritarismo, «sin complejos».
«Ante los conflictos hay que actuar con diálogo y de forma rápida»
José Irízar Ex director y profesor de ESO
«Nuestra generación ha hecho dejación de la autoridad»
José Torres Delegado territorial de Educación
«A la escuela se le está pidiendo más de lo que puede dar»
Daniel Losada Profesor de Magisterio
«La docencia es una profesión que genera carga emocional»
Lehengoa bezala !!!
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